"Sólo quiero hacer una excepción, y ello no
por meras razones de protocolo, sino por íntimo
convencimiento de que lo que, a la manera
erudita, he dejado desperdigado en notas y
reseñas a lo largo de mis escritos, debe ser
proclamado abiertamente en esta ocasión. A D.
Tomás Navarro Tomás, cuya vacante tengo el honor
de venir a ocupar, sólo lo conocí a distancia,
por desgracia, en los pasillos universitarios de
la anteguerra. Pero ya desde entonces el nombre
y la obra del gran maestro han sido compañía y
ejemplo insustituibles, tanto en aquellos cursos
de la Licenciatura en Filología Española —tal
era el nombre— que desembocaban en un examen
final con transcripción fonética obligatoria,
como en mis primeros contactos con los
laboratorios de Fonética alemanes, donde su
nombre se pronunciaba con respeto (así en el
dirigido por Menzerath en Bonn) o en mis
primeros ensayos de descripción dialectológica,
sin olvidar los cursos de español a extranjeros,
tarea ésta que, iniciada en Alemania y Estados
Unidos, he venido desempeñando con asiduidad
cerca de cuarenta años".
"Debe recordarse también aquí su decisiva
intervención en la creación del alfabeto
fonético adoptado por dicha revista y por la
mayoría de los investigadores españoles y que
con ligeras modificaciones se sigue usando
todavía. Es probablemente más importante su
papel en la concepción y trabajos preliminares
del ambicioso proyecto de Atlas Lingüístico
de la Península, malogrado por torpezas y
recelos. No se puede pasar por alto la acertada
previsión de registrar en el Archivo de la
Palabra las voces de preclaros españoles del
momento que se prestaron a legar a la posteridad
el testimonio de su dicción personalísima.
Somos, por ello, afortunados los que medio siglo
después hemos podido gozar de las modulaciones
de voz con que estas personalidades, más o menos
atemorizadas o vacilantes ante el micrófono,
leían las páginas escogidas de su propia obra,
que Alonso Zamora tan oportunamente evoca.
Nuevas técnicas de investigación —oscilógrafos,
espectrógrafos y sintetizadores— han venido a
sustituir al viejo quimógrafo y a la grabación
en cera. Ayudados de ellos, jóvenes
investigadores tratan de corroborar o rectificar
los datos allegados por el maestro, pero el
sólido cuerpo de doctrina construido por Navarro
Tomás sigue fundamentalmente en pie y la
interpretación global de los hechos observados
habrá de tenerse en cuenta por muchos años.
Incluso fuera del campo de la pronunciación
hemos podido ver cómo su aportación al estudio
del papiamento, ahora que se han puesto de moda
las investigaciones sobre lenguas criollas y
fronterizas, es recordada hoy (NOTA
1) como una de las
claves que explican la transición léxica de
estas variedades de lengua tan interesantes en
los procesos de transculturación que acompañan a
los cambios de influencia política"
"UTRUM LINGUA AN LOQUENTES?
(Sobre las presuntas dolencias y carencias de
nuestro idioma)" / D. Emilio Lorenzo Criado