ASOCIACIÓN CULTURAL "ESTUDIO Y DIVULGACIÓN DEL PATRIMONIO LINGÜÍSTICO EXTREMEÑO" (APLEx)

APARTADO DE CORREOS 930 - 10080 CÁCERES (ESPAÑA)

Número de Registro 3179.  CIF nº  G10309607

 
HEMEROTECA
2004 
 

 23 de abril de 2006

 

 
 
 
Periódico Extremadura
REPORTAJE

Extremadura, una tierra de insólitos gentilicios


Los ilipenses, los caputbovenses o los mañegos tienen el orgullo de estar entre los más peculiares de toda España.

  • EUROPA PRESS regionextremadura.elperiodico.com (23/04/2006)
 Mañegos  Vecinos de San Martín de Trevejo, en la plaza del pueblo.
Pie de foto Mañegos Vecinos de San Martín de Trevejo, en la plaza del pueblo.
Foto:EL PERIODICO


 

 

Ilipense, caputbovense y mañego. Aunque puede parecer un trabalenguas, esos conceptos a los tres gentilicios extremeños más insólitos y peculiares, que se corresponden con las localidades de Zalamea de la Serena, Cabeza del Buey y San Martín de Trevejo, respectivamente.

Ilipense proviene del nombre de esta localidad pacense en el siglo II a.C, Iulipa, una de las colonias romanas mas privilegiadas de la época.

Por su parte, el gentilicio mañego, para referirse a los naturales de San Martín de Trevejo, es también el nombre del dialecto popular que se habla en este municipio cacereño, según el cual, los habitantes del mismo son ´mañegus´.

El dialecto mañego, declarado Bien de Interés Cultural, procede del leonés y se remonta a los tiempos de Alfonso IX de León, perviviendo por la situación geográfica de este municipio -entre montañas-- y el aislamiento que vivió durante años.

Caputbovense, el gentilicio de Cabeza del Buey, es la mayor presunción del eruditismo, según lo califica el presidente de la Asociación ´Estudio y Divulgación del Patrimonio Lingüístico Extremeño´ (Aplex), Antonio Viudas Camarasa, quien explica que en el siglo XVI se documenta ya la forma Cabeza del Buey, que según los modernos estudios procede de una redundancia léxica ´Cabeza del cabezo´, por estar situado en un pequeño monte.

"El latinista se inventa una traducción caput Bovis y de ahí la falacia llamar a sus habitantes caputbovenses, cuando el animal buey no aparece por ningún lado. No obstante, buey procede de una palabra árabe que significa cabezo según los expertos", señaló Camarasa a Europa Press.

No obstante, existen otros gentilicios extremeños curiosos, algunos de ellos incluso caprichosos, como son los formados con el sufijo -ito , que se encuentra para denominar como casitos a los habitantes de Casas de Millán y orellanitos a los de Orellana de la Sierra.

A ellos se suman, según explicó Viudas Camarasa, los compuestos con el sufijo -eto , que se encuentra en el gentilicio esparragosetos que designa a los originarios de Esparragosa de Lares y cedilletos para los de la localidad de Cedillo, además del sufijo -eso que se documenta en grimaldesos para los de Grimaldo.

Además, existen localidades donde conviven varios gentilicios, como pacense y badajocense, emeritense y merideño o plasenciano y placentino

 

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=234546

 

 

 REPORTAJE COMPLETO DE LA AGENCIA EUROPA PRESS

MÉRIDA, 22 Abril (EUROPA PRESS)

Existen localidades con varios gentilicios que conviven, como pacense y badajocense, emeritense y merideño o plasenciano y placentino

Otros han variado tras descubrimientos arqueológicos, como que Zafra no fue la prerromana Segeda y ahora se usa zafrense en lugar de segedano

Ilipense, caputbovense y mañego. Aunque puede parecer un trabalenguas, son palabras que tienen mucho que ver con Extremadura, con su historia, con su habla y con su idiosincrasia. Son los tres gentilicios extremeños más insólitos y peculiares, que se corresponden con las localidades de Zalamea de la Serena, Cabeza del Buey y San Martín de Trevejo, respectivamente.

Ilipense es así el gentilicio –el nombre que se refiere a un pueblo-- de los habitantes de Zalamea de la Serena y proviene del nombre de esta localidad pacense en el siglo II a.C, Iulipa, una de las colonias romanas mas privilegiadas de la época.

Por su parte, el gentilicio mañego, para referirse a los naturales de San Martín de Trevejo, es también el nombre del dialecto popular que se habla en este municipio cacereño, según el cual, los habitantes del mismo son “mañegus”.

El dialecto mañego, declarado Bien de Interés Cultural, según indica el Ayuntamiento de San Martín de Trevejo, procede del leonés y se remonta a los tiempos de Alfonso IX de León, perviviendo por la situación geográfica de este municipio –entre montañas-- y el aislamiento que vivió durante años.

Caputbovense, el gentilicio de Cabeza del Buey, es la mayor presunción del eruditismo, según lo califica el presidente de la Asociación 'Estudio y Divulgación del Patrimonio Lingüístico Extremeño (Aplex), Antonio Viudas Camarasa, quien explica a Europa Press que en el siglo XVI se documenta ya la forma Cabeza del Buey, que según los modernos estudios procede de una redundancia léxica 'Cabeza del cabezo', por estar situado en un pequeño monte.

“El latinista se inventa una traducción caput Bovis y de ahí la falacia llamar a sus habitantes caputbovenses, cuando el animal buey no aparece por ninguna parte. No obstante, buey procede de una palabra árabe que significa cabezo según los expertos”, señaló Viudas Camarasa.
 

OTROS GENTILICIOS CAPRICHOSOS

No obstante, existen otros gentilicios extremeños curiosos y originales, algunos de ellos incluso caprichosos, como son los formados con el sufijo -ito, que se encuentra para denominar como casitos a los habitantes de Casas de Millán y orellanitos a los de Orellana de la Sierra.

A ellos se suman, según explicó Viudas Camarasa, los compuestos con el sufijo -eto, que se encuentra en el gentilicio esparragosetos que designa a los originarios de Esparragosa de Lares y cedilletos para los de la localidad de Cedillo, además del sufijo -eso que se documenta en grimaldesos para los de Grimaldo.

Igualmente, sobresalen en peculiaridad los gentilicios que se forman con el sufijo -ejo que se documenta en aceitunejos para los habitantes de Aceituna, talayejos para los de Atalaya, ruajenos para los de Ruanes y robillejos para los de Robledijjo de Gata; mientras, el sufijo -ano se encuentra en arroyano para quienes son de Arroyo de la Luz, alianos para los de Alía, jurdanos para los de Hurdes y plasenciano para los de Plasencia, si bien esta última ciudad, según explicó el presidente de Aplex, también usa modernamente el gentilicio placentino, del mismo modo que los de Valencia de Alcántara son valencianos y también valentinos.

Otras curiosidades se encuentran en los gentilicios villaros para los habitantes de Villar del Pedroso, belvisos para los de Belvís de Monroy, remoliegos para los de Arroyomolinos de la Vera, guijeños y guiteños para designar a los de Guijo de Coria y Guijo de Galisteo respectivamente, mientras que herreños se denominan los originarios tanto de Herrera de Alcántara como de Herrera del Duque.

 

MERIDEÑO Y EMERITENSE

Asimismo, merideño pervive con emeritense, siendo este último el gentilicio culto de Mérida es emeritense, “pero durante el siglo XVI empezó a triunfar el de merideño, que se conserva en algunos apellidos de personas extendidas por Extremadura y otras latitudes”, aseveró Viudas Camarasa.
 

Así, consideró que, si la historia arqueológica ha servido para conseguir este título, es de esperar que el gentilicio merideño, con el que calificaba Antonio de Nebrija a sus habitantes, empiece también a usarse de nuevo y conviva con el cultísimo emeritense, del mismo modo que “puedan volver a convivir las Olallas con las modernizadas Eulalias”.
 

El presidente de Aplex subrayó que en el fútbol, en cambio, se oye mucho el apodo de pecholata para quienes son de Mérida y no descartó que “tal vez se convierta algún día en un nuevo gentilicio para la Mérida española”.

LOS CASOS DE BADAJOZ Y ZAFRA

Ante la existencia de otros gentilicios como, por ejemplo, pacense, que poco tiene que ver con la palabra Badajoz y que pervive junto a badajocense y badajoceño, Viudas Camarasa especificó que se trata de un caso en el que la investigación arqueológica ha hecho variar los nombres de los gentilicios.

Según explicó, en un principio todos los historiadores desde el Renacimiento, “que yo conozca”, deducían que Pax Augusta era Badajoz. Así, los historiadores llamaban a los habitantes de Badajoz cultamente “pacenses” haciendo derivar este determinativo del sustantivo pax latino.

Posteriormente, se descubrió que Badajoz no procede de Pax Augusta y que ésta era la actual ciudad portuguesa alentejana de Beja. De este modo, los etimologistas dieron numerosas interpretaciones, unas de origen árabe y otras de origen preindoeuropeo, porque también hay un topónimo Badajoz en Italia.
 

“Por eso, cada día se oye más el gentilicio badajoceño que es el derivado que ha hecho siempre el pueblo que casi siempre es más inteligente que los gramáticos”, agregó el presidente de Aplex.

Lo mismo sucede con Plasencia, dado que hay una ciudad italiana llamada Piazentia que tiene la misma etimología. Los originarios de Plasencia reciben en nombre renacentista “plasencianos” al lado del más moderno y popular de “placentino”.

Un caso similar es el de Zafra, después de que los arqueólogos hayan descubierto que el latino Segeda no es la Zafra extremeña, sino que más bien tiene que ver con la Segeda aragonesa situada entre Belmonte de Gracián y el Poyo de Mara en la comarca de Calatayud.

Los cultos del siglo XVI llamaban a los oriundos de Zafra segedanos, pero recientemente al descubrir que no tiene ningún vestigio prerromano de Segeda, le han empezado a llamar zafrense, derivado cultisimo del nombre árabe de la ciudad: Zafara, Safra, Cafra, que está relacionado con la palabra árabe Sajra, “lugar que se sitúa en un altozano”, en este caso referido a la sierra de El Cautelar que protege Zafra de los vientos del Oeste.

APODOS

Otro ámbito de los gentilicios es el de los apodos, que se diferencian de los primeros en que suelen ser cariñosos o despectivos y que unas veces son producto de los propios lugareños y otros son denominaciones de los pueblos circunvecinos.

Así, si se llama a los habitantes de Don Benito “dombeniteños”, se les llama con el gentilicio habitual y originario; si se les llama “dombenitense” se está utilizando un gentilicio inventado por los gramáticos y los eruditos locales; pero si se dice que los originarios de Don Benito son “calabazones” se entra en el ámbito de los apodos.

En las relaciones entre apodos y gentilicios, el presidente de Aplex destacó además que a los de La Fuente del Maestre les llaman fontaneses, pero el apodo patronímico es “bacalones”, y que a los de Los Santos de Maimona se les denomina “agachados”.

“Este rasgo es general en casi todos los gentilicios que tienen relación con sus respectivos apodos”, agregó Viudas Camarasa. En este sentido, otros “gentilicios populares” son romanos para los habitantes de Mérida, mangurrinos para los de Cáceres o milios para los de Almendralejo.


 


Última actualización: 25/04/2006

Webstats4U - Free web site statistics

index